Andreina Lemon Cake

Una Historia que Contar - Parte 4

 Testimonios

Aquí mirando lo que escribí dos semanas después de la operación. Durante dos semanas debía permanecer en posición boca abajo:


Llegó el día esperado, hoy se cumplen dos semanas después del día DE. Me siento cansada, con dolor de cuello, cara brotada (yo sufro de rosácea), ansiosa de cómo será mi tarde de hoy ya que hoy tengo cita médica. Yo espero que hoy me rebajen la penitencia de solo mirar hacia abajo. Espero que el doctor cambie esta frase: “Acostada boca abajo día y noche, noche y día”. Es mi mayor anhelo. Aunque también espero que mi ojo esté bien, OBVIO.

¿Y qué haré por la tarde? ¿Podré preparar la cena hoy? ¿Y qué prepararé? ¿Cómo celebraremos?

Cuando me desperté hoy, me tomé una selfie, después de peinarme. Tenía dos semanas sin peinarme con un peine. Me conseguí nudos de pelo, pelos partidos. Definitivamente peinarse todos los días es fundamental. Luego me hice una cola baja con una moñera linda que me hizo mi mamá y analicé mi selfie la cual describiré a continuación:

  • Hueco debajo de cada ojo, alargado, es decir, tremendas ojeras.
  • Nariz y barbilla rojas, así como la piel raspada, por el roce de estar boca abajo.
  • Envejecida, no sé cuánto tiempo pero ufff fue acelerado.

Allí con esa descripción pueden darse una idea de mis dos semanas en posición de mirar hacia abajo.

Las noches🌛 eran difíciles. Y me quedaré en esa palabra difícil para no llenarlos con más cosas detalladas negativas. De ahí mis ojerotas y mi envejecimiento acelerado. La crema que me aplicaba en la barbilla, lubriderm, me ayudó bastante.

Dios me fortaleció durante cada día. Fue difícil para mí, me encontré conmigo misma: toda llena de oscuridad y caos.

Al 5to día de operada cuando el doctor me revisó me dijo que todo bien y que podía ver TV con espejo o ver el celular todo el día si yo quería, mientras estuviese siempre boca abajo.

Así que desde ese día comencé a ver el celular, mi kindle y eso. Usando una silla que alquilamos para este tema post operatorio. Ese día durante la cena, hubo un detonante, puse una música desde mi celular hacia el equipo de sonido de la casa. Música cristiana por cierto, pero el volumen estaba super alto. Digamos que se disparó el volumen accidentalmente, por así decirlo. Estábamos cenando los 3 juntos como usualmente. Yo, al principio estallé en risas y me puse a bailar en mi puesto del comedor, creo que eran palitos de queso horneados, y los levanté moviendo mis brazos bailando, tratando de no mirar al frente claro, hasta que nada, después de reír sin parar, estallé en llanto, un llanto sin consuelo, como no quería que Adrian ni Ange se preocuparan pero tampoco me podía contener, salí corriendo como pude a mi cuarto, y no podía parar. Estaba triste, no podía creer que estuviera pasando por esa situación. Pero tuve que calmarme lo más pronto posible, no sabía si llorar me dañaría la operación. Además delante de Adrian ni Ange no quería llorar. Así que a la fuerza me calmé, y ya cuando todo eso había pasado, mi hija puso su manita pequeña sobre mi mano adulta y me dijo: “te entiendo, te entiendo” Y yo le dije, ¿Me entiendes? Y me dijo si. A lo que yo le respondí: “si mamita, ya falta menos, vamos a salir de esto, gracias por entenderme”. Que bella mi hijita. Siempre me ofreció masajes, por cierto. Otra bendición más.

Los primeros días, mi cuello dolía demasiado y recuerdo que me acostaba boca abajo pensando que yo era un cisne 🐍, un cisne delgado y elegante y que mi cuello se movía y se estiraba con gracia. También pensaba que metía muchas plumas, (no sé si del mismo cisne) en una bolsa, le hacía un nudo y pensaba que mis hombros pesaban exactamente igual a esa bolsa. Confieso que me ayudó mucho, me sentí liviana después de practicar mucho esos pensamientos. Creo que hasta sentía que flotaba. Que alivio.

Lo más hermoso para mi durante estos días ha sido escuchar la vocecita de Ange. Es que habla tan lindo, eso era música para mis oídos y para mi alma.

Lo que me daba más alegría, era escuchar la alarma sonar a las 6am para iniciar con mis gotas del día, las primeras. Ya que eso significaba que la noche se acabó “YUJUUUU”. Adrian juicioso ponía las alarmas.

Y ya para concluir, quiero decirles que ante situaciones difíciles enfoquémonos en las bendiciones, en esas que ya estaban ahí antes de que la situación difícil apareciera y en las nuevas que Dios nos va presentando. Enfocarse en eso para que sea todo un poco más ligero. También creer y aferrarse a Dios, conversar mucho con Él. Ya que Él nos sostiene y nunca nos desampara.


Eso fue todo lo que escribí, gracias por leerme. Por ahora, estas han sido las palabras que les he querido compartir durante estas 4 partes de una historia que contar, perdón si los he abrumado con tanto, pero fue un momento de desahogo para mi. Saludos y bendiciones ❤️.